18 agosto, 2024

~ AwaD∅ ~ Madrid ~

 ~ 17 de agosto de 2024.

A las 10:40 aprox nos vimos por primera vez, en persona, en la estación después de llamadas y no saber dónde ni cómo encontrarnos en Atocha... pedazo de estación por cierto =)

Desde Atocha fuimos en metro al X-Madrid (x-center para los amigos) y estuvimos dando una vuelta, en cuanto vimos el rocódromo miramos precios, entramos y pillando las entradas, nos hicimos colegas Carmen y yo del recepcionista. Nos explicó cómo escalar, los niveles, que debíamos usar pies de gato y la zona de arnés. Para estar ahí teníamos que alquilar el arnés y así poder subir por esa pared vertical. Fue en el momento del cobro que me agaché y busqué mi monedero, cuando Carmen tuvo el primer contacto físico conmigo con el que sentí que de verdad que había algo de atracción y de alguna forma le podía gustar... me entró la sonrisilla pero disimulé creo que bastante bien =)

De ahí pasamos a ponernos los pies de gato y atravesar los tornos para soltar las mochilas en las taquillas (yo quería la 69). Empecé escalando y me monté por las piezas de destrepar, el coleguita de recepción me llamó la atención porque no debía utilizar esas piezas para subir. Después de explicarme las reglas seguí y empecé por el primer nivel, llegué hasta el tercero y casi me saco un bloque del cuarto nivel =). Al acabar en el rocódromo, nos dolían las manos y no podíamos tirar ya de fuerza (estuvimos cerca de 2h y 30min). 

Salimos del rocódromo y fuimos a comer un poco (yo tortilla de mamá) y Carmen compró algo de pollo con ensalada de acompañamiento. Comimos un poco sentadas en un banco del X-Madrid y luego fuimos a la sala de recreativos. Jugamos a: Lanzar a canasta, lanzar a los bolos, las motos que ganamos una vez cada una y la última la gané yo =), ella también jugó a lo de coger con pinzas tickets... al final conseguimos dos llaveros y otra cosilla que cogí para que se quedara ella jejej, creo que era una especie de tractor <3

De allí volvimos al rocódromo hasta que llegó la hora (Carmen, obviamente, era la que estaba pendiente de los transportes y las horas) de irnos en busca del apartamento para cambiarnos, ducharnos e ir a la obra de teatro que ya habíamos pagado ("Una terapia integral"). 

Para la vuelta, cogimos un tren que nos dejaba cerca del centro y de allí fuimos andando en busca del apartamento. Nos estresamos porque no lo encontrábamos y el propietario de la habitación se demoró en respondernos y estar listo para recibirnos... al final llegamos a tiempo a la plaza en la que se encontraba el apartamento, entramos y el señor nos atendió con gratitud y fue muy servicial con nosotras. Nos enseñó el apartamento compartido y dónde estaba nuestra habitación: al final del pasillo a la derecha, había que pasar dos puertas para entrar a nuestra habitación, era muy acogedora y cómoda. Teníamos una minicocina en la habitación aunque había una más grande compartida con más inquilinos del bloque... solo la usamos para quemar palomitas =)

Entramos, soltamos las cosas y nos duchamos rápido para salir pitando y entrar con tiempo a la obra de teatro. Llegamos perfectas de tiempo, hicimos una breve cola para entrar y entramos sin problemas sentadas en prácticamente primera fila. Vimos los actores y actrices delante nuestra prácticamente encima, actuando. Fue muy especial compartir mi primer visita a un teatro con Carmen y verle la cara de ilusión que tenía en cada momento y cada escena... Fue una representación repleta de metáforas que se puede extrapolar a la vida cotidiana y al día a día,  todo girando alrededor del pan, usando como "excusa" el aprender a hacer pan para realmente darse cuenta de los problemas que cada personaje tiene en su vida e intentar solventarlos con una leve ayuda del director del "curso" que había en el curso para aprender a hacer pan. ¡Se habló incluso de los eneagramas! Fue una experiencia increíble e inolvidable.

Son unos actores increíbles. Al final nos metieron en la obra haciéndonos cerrar los ojos y arrogar al hornillo aquello de lo que quisiéramos desprendernos en nuestra vida. Fue conmovedor.

Al salir de allí fuimos a ver si encontrábamos algo de comer pero nada, no pillamos nada. Fuimos a casa y comimos lo que nos sobró de mediodía, se nos (me) quemaron las palomitas =). Fue justo antes de hacerlas que nos dimos los regalitos que teníamos pensado darnos mutuamente. Ella a mi una madera dibujada y pintada con mi nombre (en grafiti), yo a ella un cuerno de vaca lijado, limpiado, pulido y bañado en barniz que conseguí porque se le desfundó a una vaca del rebaño. Le hice un enganche con cuerda a ambos extremos de la parte más cercana a la cabeza y le colgué una cadena para que la pudiera colgar donde quisiera, quedó precioso y le encantó <3. Después de aquello empezamos una peli que vimos completa, “Amor en polvo”. Y otra la empezamos, pero no la acabamos, nos acabó viendo ella a nosotras y nosotras escuchándola a ella entre risas, caricias y sudores...

Tras el disfrute del momento fuimos a dormir y aunque me costó conciliar el sueño, la mañana siguiente solventó todo mi cansancio. 

~ 18 de agosto de 2024

Me levanté más temprano que Carmen y fui a dar una vuelta sola por la zona central en busca de algún súper para pillar algo de desayuno. Compré leche, gusanitos para Carmen y un yogur Alpro de frutos rojos y dátiles que había en el Mercadona. Con la leche me hice batido de prote que compartí con Carmen. El yogur lo tomé en el camino de vuelta a casa, por la noche.

Compré aquello en el súper y volví contando a mis padres cómo estaba siendo mi estancia en Madrid, la verdad, estaba TAN contenta de haber emprendido aquel viaje... fue muy especial y aunque un poco locura, fue algo de lo que tengo certeza que no volverá a suceder en mi vida de nuevo... conocernos Carmen y yo en persona allí, de aquella forma, con aquellos planes... ÚNICO y TAN especial…

Entré de nuevo en el apartamento y desperté a Carmen que seguía medio dormida. Ella se pensaba que me había pirado y dejado a ella allí jajaj, ¿porqué iba a hacerlo después de todo lo cómodas que estábamos y bien que nos sentíamos juntas?. Desayunamos y pidimos al casero que porfa nos dejara una horita más en el apartamento para recoger y... nos dio tiempo a ducharnos y volver a sudar, de sobra jajaj. Aprovechamos ese ratito y la charla erótica de por la noche para entre sudores y placer, sentirnos más cerca que nunca la una de la otra... Podría decir que de las aventuras más intensas que he vivido en mi vida y que creo que viviré... Ambas nos confesamos lo agusto que nos sentíamos en ese aspecto, compartiendo esa parte de nosotras, había una gran conexión entre nosotras en este aspecto.

Después de aquellos momentos de goce, nos dispusimos a entregar las llaves al casero, muy amable y servicial, de allí partimos para ver un poco Madrid Central. 

Vimos la plaza Cibeles y el Parque del Retiro, sitio donde nos quedamos gran parte de la mañana/tarde. Era enoooorme y tenía una zona de barquitos, no navegamos en ninguno pero vimos otras muchas cosas. El hombre con el instrumento de la edad media (-¿-?-), las chicas tocando la viola en la parte central, zona de estatuas de leones. Desde allí se veían los barquitos y nos quedamos un rato Carmen y yo viéndolas tocar, de allí fuimos a sentarnos en una sombra de un árbol, nos quedamos haciendo una videollamada con Idaira. De allí tiramos al cine para ver una peli que tenía mucha ilusión Carmen de ver: "Padre no hay más que uno 4" y aunque yo creo que vi la mitad de la peli... 😳 me lo pasé GENIAL y la verdad, otra experiencia más que me llevé, completamente inesperada e intensa y de historia… como todo lo que había estado viviendo allí y desde que la conocí.

Al acabar fuimos a comer a un bar y de allí a tumbarnos en el césped cerca de la estación. Carmen estuvo poniendo a Dani Rovira y otros humoristas ese tiempo, pasamos un buen ratito las dos... no sabíamos después de aquel momento cuándo volveríamos a vernos... 

Llegó el momento de despedirnos en Atocha y cogí el tren de vuelta a Córdoba, todo fue a su hora y en Córdoba esperé el tren para volver a Posadas.

Fue una locura de viaje por TODO pero mereció tantísimo la pena vivirlo como lo viví y CON QUIEN lo viví... lo repitiría mil veces tal como pasó, sin cambiar nada del viaje y menos aún de compañía. Gracias Carmen, por ser como eres y confiar en mi como lo hiciste.

Gracias vida.


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